viernes, 22 de julio de 2011

Transportarse

Calidamente en posición fetal, con su ángel detrás, comenzara a experimentar.
Reposa su sien en el piso frío y medita para encontrar el momento preciso para empezar.
Su ángel le brinda las caricias mas amorosas y espera a que despunte el comienzo.
Se estira en cámara lenta, ese dedo, como pidiendo permiso y una lagrima lava la frialdad en donde se recuesta.
¿Como sera tocar el dolor?
La luz de ese ángel le ilumina el trayecto, de ese dedo, hasta su llegada a esa superficie. Lo siguiente es parte a experimentar.
Se hunde, semejante a una impresión, pero no a una profundidad extrema. Queda en el borde.
No se siente nada. No hay un sin rumbo.
Ese ángel continua con sus caricias para que siga avanzando.
¿Un dolor sin dolor, sin reacción?
Se avanza sobre un camino limpio y no hay miedo.
Mas cálida, aun, la posición fetal y la sal de esas lagrimas pone en blanco su figura.
Sin sensación de cuchillos que abren carne, agujas que perforan o astillas incrustadas sabe que el dolor es efímero.
No existe tocar el dolor y su angel abraza a esa figura que ya no esta en posición fetal.
La transporta a otra vida y lo que deja en esta es su regalo puesto en lagrimas.

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